La escalera que lleva al desván donde tengo mi taller de costura necesitaba una alfombra adecuada… y no encontraba una o me parecían caras… pero de pronto…
Me acordé que hace muchos muchos años empecé a hacer mis pinitos en el mundo del ganchillo con retales que me había dado la tita Mari Luz de mi chico.
Estaba a medias… pero tachán… perfecta para el descansillo de la escalera… jaja, qué risa.
Además me encanta!!
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